martes, 19 de marzo de 2024

Dejad que cada uno sea lo que quiera.

¡Déjala a ella que sea pájaro! Al fin de cuentas, tú eres un león, él es una gacela Thomson y aquel otro dice que es Bonaparte. - Aseveró el hombre de bata blanca que se fue retirando en dirección al edificio blanco. 

M. D. Alvarez

lunes, 18 de marzo de 2024

En huelga.

Ninguna suya. Así podía titularse su última historia. Aunque para ello tendría que estrujarse las meninges. Sus musas se habían puesto en huelga. Solo una, la más pequeña, le contó. Porque ninguna era suya.

Su conocimiento fluía de las fuentes del saber universal y ellas, como guardianas, no podían permitir que se ganara la vida de esa forma.

Pero él lo hacía no para ganarse la vida, sino para mostrar al mundo todo su saber. Y ahora tiene que explicárselo de nuevo y así seguir disfrutando de sus susurros.

Menos mal que les gusta la música y enseguida se ponen a susurrarme. 
M D Alvarez 

Gemelos

Ninguna suya. Le había dicho su mujer, pero eso ya lo sabía él.

Tenía problemas de esterilidad, aun así las quería como suyas. Las gemelas eran el vivo retrato de su madre. Morenas y de ojos castaños. También guardaban cierto parecido con él. Y adoraba a su mujer, por eso contrató los servicios de una clínica de inseminación artificial. Cómo era posible que se parecieran a él.
El donante se parecería a él. Incluso su ADN era casi idéntico. No tendría por ahí un hermano gemelo.
Sus padres le habían ocultado un hermano gemelo malvado. 

M D Alvarez 

domingo, 17 de marzo de 2024

Ni Romeo, ni Julieta.

Su historia de amor sería la más recordada, incluso más que la de Romeo y Julieta.

No pertenece a nuestro mundo, sino que pertenece a uno de esos mundos donde todo es posible.

Todo comenzó con una mirada furtiva que incendió sus corazones. Aunque había algo que los separaba. 

Ella era de una familia de artesanos y él pertenecía a una de las castas más pobres, pero eso no les impediría amarse. Sus familias aceptaban de buen grado su unión.

Una vez, en el lago donde ella patinaba, el suelo se abrió y cayó al agua congelada. Él se arrojó tras ella para sacarla del agua helada. Cuando la sacó, la mantuvo con vida hasta que se despertó abrazada a su amado. Les envolvía miles de mariposas que revoloteaban a su alrededor, como en una danza nupcial.

Y diréis, ¿qué los separa? La muerte se llevó a su amado. Ella, con el corazón partido, erigió un santuario a los amantes. 

Quiero pensar que en la otra vida estarán juntos y unidos en un amor abrasador y apasionado, que no tendrá fin.

M D Alvarez 
Este relato está dedicado a Dua Lipa.

sábado, 16 de marzo de 2024

¿Quienes son?

¿Queréis saber quiénes son mis musas?

Los que me conocen ya saben a quién me estoy refiriendo: la música. Tengo gustos varios.

Me gusta la música de Dua Lipa, Evanescence, Ava Max, Madonna, P!nk, Jessie J, Linsey Stirling, etc.

Sí, ya sé que son distintos tipos de música, pero cada canción activa recuerdos arcanos e historias sin contar.

Si no resistieran mis musas, nada saldría de mi cabeza y no tendríais maravillosas historias que, quién sabe, puede que vengan atraídas por ellas de otros universos.

M. D. Alvarez 

viernes, 15 de marzo de 2024

Inif, hielo azul.

Inif, con su mirada gélida y un rastro de humanidad, era la última de su especie. Había luchado valientemente contra los asesinos de su familia, y su aspecto imponía respeto.

Su vida transcurrió en los fríos bosques de la sexta Era Glaciar, como miembro de una de las grandes tribus del norte. Pero su tribu fue diezmada por los del Oeste. Los supervivientes, incluida la familia de Inif, abandonaron sus queridos bosques para unirse a otras tribus. Sin embargo, una avanzadilla de la tribu atacante los persiguió. Cometieron un terrible error al no verificar que todos estuvieran muertos: Inif sobrevivió y juró vengarse de los asesinos de su familia.

Inif se convirtió en la portadora del secreto del hielo azul, entregado por su abuelo antes de partir de los sagrados bosques del norte. Su abuelo, Onahok, había sido el gran chamán de las antiguas tribus del norte. Tras abatir a la avanzadilla enemiga, Inif erigió un gran túmulo donde sepultó con todos los honores a su abuelo, su padre, su madre y su hermano pequeño. Sobre estacas, clavó las cabezas de los asesinos de su familia como advertencia: quien profanara el túmulo sufriría la misma suerte.

Decidida a vengarse, Inif partió en busca del jefe de la tribu del Oeste, que intentaba dominar los territorios del norte antes del invierno. Sin embargo, el tiempo apremiaba.

Su mejor aliado se acercaba: un viento glaciar del norte anunciaba que el invierno estaba a punto de llegar. Inif esperó a que las Órdenes de Cratok se arrebujaran para pasar el invierno. Cubiertos de pieles, parecían enormes focas fáciles de cazar. Su tribu la protegía desde pequeña, enseñándole a no temer al frío. Incluso podía sobrevivir con tan solo una piel de lobo, soportando temperaturas extremas que helaban los arroyos.

En contraste, la tribu de los Cariuk estaba acostumbrada a climas cálidos con altas temperaturas. Su piel morena y sus ropas ligeras les permitían soportar el calor abrasador de los desiertos del sur.

Inif se encontraba en una encrucijada. A pesar de su determinación, sabía que enfrentarse a la tropa de élite de Cratok sería una prueba extrema. La tormenta rugía a su alrededor, y la nieve se arremolinaba en espirales. Pero Inif no titubeó.

Los siete hombres de Cratok eran formidables. Disciplinados y letales, habían sobrevivido a innumerables batallas. Sin embargo, Inif tenía una ventaja: conocía el terreno como nadie. Se movía entre los copos de nieve como una sombra, sus pasos apenas audibles.

La lucha fue feroz. Espadas chocaron, y el hielo azul centelleó en la penumbra. Inif se enfrentó a cada enemigo con precisión mortal. Uno a uno, los hombres de Cratok cayeron.

Finalmente, solo quedaba Cratok. El jefe enemigo la miró con desprecio. "Eres solo una mujer", dijo con arrogancia. Pero Inif no se dejó intimidar. Sus ojos gélidos reflejaban la ira y la sed de venganza.

El duelo fue épico. Cratok era fuerte, pero Inif era más rápida y astuta. Esquivó sus ataques, encontrando las brechas en su defensa. Finalmente, con un movimiento certero, clavó su espada en el corazón de Cratok.

El jefe enemigo cayó de rodillas, la vida abandonándolo. Inif lo miró con frialdad. "Esto es por mi tribu", susurró. Cratok murió con los ojos abiertos, incapaz de comprender cómo una mujer solitaria había logrado vencerlo.
M D Alvarez 

jueves, 14 de marzo de 2024

Criatura perfecta

Era un portento de la naturaleza. Todo en ella la convertía en la criatura más espectacular y hermosa de todos los reinos. Cuando aparecía, el silencio se abría paso. 

Su espectacularidad era tal que podía convertirse en el ser humano más delicado, dulce y brillante que se hallara sobre la faz del planeta. Pero le acarrearía gran cantidad de problemas. 

Todos la consideraban ingenua, pero no lo era. Era lista e ingeniosa y decidió quedarse conmigo y ser mi musa. Mostrarme todos los secretos del universo y sus mundos oscuros.

M D Alvarez