Se durmió soñando que él también podía volar como Superman. A la mañana siguiente lo intentó, cogió carrerilla y se lanzó desde el primer piso.
Se rompió casi todos los huesos y el amor propio. Ya nunca más se creería nada de lo que le dijera el señor de la bata blanca que aparecía en la televisión.
Bueno, nunca es demasiado y más si al día siguiente en vez el caballero de la bata blanca aparece una enfermera despampanante que te dice que eres el rey del mambo.
M. D. Alvarez
martes, 26 de noviembre de 2013
miércoles, 13 de noviembre de 2013
Ni una palabra.
Y nunca le recordaba lo que no debía contar. Hasta que lo
recordó todo y ya nunca volvió a decir nada a nadie.
A su memoria acudieron los más oscuros secretos que jamás
saldrían de su boca para ser oídos por los correveidiles. Había aprendido la
lección y sería un buen guardián de los secretos por muy insignificantes que
fueran, jamás los desvelaría.
©M. D. Álvarez
miércoles, 6 de noviembre de 2013
Mordedor.
Mientras su papá cerraba la tapa
del contenedor y se giraba sin mirar atrás, la pequeña rompió a llorar
desconsoladamente.
- ¡Que no me olvido de ti, mi
sol! - Dijo su papá. – Sólo iba a tirar esto. – Respondió mostrándole la ranita
vieja y despeluchada que pertenecía a su pequeñina, la cual, la reclamaba
desesperadamente con sus bracitos regordetes y haciendo pucheros. – Bueno pues
no la tiro, pero tienes que prometerme que no la volverás a morder.
En cuanto la tuvo en sus
bracitos, la estrecho y surgió una dulce sonrisa que mostraba sus pequeños
colmillos que al cabo de dos segundos estaban clavados en el juguete.
©M. D. Álvarez
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