Naricilla respingona y un cuerpazo de escándalo, pero lo que más le gustó de ella fueron sus preciosas pecas y cabello pelirrojo. Lo demás era opcional, por fin tenía su propia RS 7000 modelo sex.
- Y ahora ¿cómo la enchufo? –Quiso saber el viejillo con ojos picarones.
-Muy fácil, solo tiene que decir su nombre. – Respondió el joven dependiente.
- La llamaré Berta. – Dijo el anciano que no veía el momento de estrenar su nuevo juguete.
- Bien ya está programada para satisfacer sus apetitos, pero le aconsejo que la use con moderación. - Le recomendó el empleado sabiendo los resultados de los anteriores RS 7000
El último cliente que se llevó un robot del mismo modelo, lo activó en la tienda y se lo montó allí mismo.
M. D. Alvarez
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